Inversion en valor

Arturo Siso: Inversión en valor

Arturo Siso

La inversión en valor (del inglés value investing) es una filosofía de inversión que deriva de las ideas que Benjamin Graham y David Dodd comenzaron a enseñar en Columbia Business School en 1928 y que continuaron desarrollando en la edición de 1934 de su libro Security Analysis.

Concepto

La inversión en valor generalmente consiste en comprar valores a un precio bajo, determinado conforme a un análisis fundamental.1​ Por ejemplo, dichos valores pueden ser acciones en compañías negociadas en mercados de valores que cotizan por debajo del valor contable, acciones que dan altos rendimientos en dividendos, acciones con un buen PER —la relación entre el precio o valor y los beneficios— o con un buen ratio P/VC.

Los partidarios del value investing, incluyendo Warren Buffett, afirman que su esencia es comprar acciones a un precio menor al de su valor intrínseco.2​ La diferencia resultante de descontar el precio de mercado del valor intrínseco de la acción, es lo que Graham llama «margen de seguridad». El valor intrínseco o fundamental se refiere al valor contenido en la propia acción y se calcula generalmente sumando el ingreso futuro generado por el activo de acuerdo con un criterio de valor presente, o en otras palabras, es el valor descontado de distribuciones futuras. Sin embargo, tanto las distribuciones futuras como el índice de descuento apropiado tan solo pueden estimarse o calcularse, pero no determinarse con exactitud.

Si el precio de mercado es inferior al valor intrínseco o fundamental de la acción, en teoría su precio se elevará en el futuro cuando el mercado se ajuste. El problema principal es estimar cuál debería ser el valor intrínseco del título o acción. Otro problema es predecir cuando el mercado va a reflejar el valor esperado.

Warren Buffett ha llevado el concepto de value investing más allá de su definición original, conforme su pensamiento ha evolucionado a lo largo de 25 años, de invertir en compañías genéricas a precio de ganga, a buscar «una compañía excepcional a un precio sensato». En España, algunas gestoras de fondos de inversión y planes de pensiones como Bestinver, llevan tiempo invirtiendo de acuerdo al value investing, que, según su filosofía, se basa en “adquirir buenos negocios a buenos precios”.

Historia

Benjamin Graham

El término value investing fue establecido por Benjamin Graham y David Dodd, ambos profesores de Columbia Business School. En su libro The Intelligent Investor, Graham se muestra partidario del concepto de «margen de seguridad» —mencionado por primera vez en Security Analysis, el libro que escribió junto con David Dodd— que requiere de un enfoque cauteloso al invertir. Al escoger valores para invertir, Graham recomienda un estilo defensivo, invirtiendo en valores que cotizan bajo su valor contable lo que de cierta manera constituye una salvaguardia contra acontecimientos adversos en el futuro, y que ocasionalmente ocurren en el mercado de valores.

Margen de seguridad

Es la diferencia entre el valor intrínseco de una acción y su precio de mercado. Para Graham «el margen de seguridad siempre depende del precio pagado».3​ Usando el margen de seguridad, uno debe comprar una acción cuando realmente vale más que su precio de mercado. Esta es la tesis central de la filosofía de value investing, que estipula la conservación del capital como primera regla de inversión. Graham sugiere analizar aquellas compañías que no son populares u olvidadas y que tengan una relación precio/beneficio o precio/valor contable baja. Hay que analizar los estados financieros y las notas al pie para ver si hay activos ocultos (inversiones en otras compañías, por ejemplo) que no estén siendo considerados por el mercado. El margen de seguridad protege al inversionista de malas decisiones y adversidades en el mercado. Toda vez que el valor justo es difícil de calcular con exactitud, el margen de seguridad otorga al inversionista cierto margen de error. Una interpretación común del margen de seguridad es que tan bajo es el valor intrínseco que uno paga por una acción: en el caso de emisiones de alta calidad un inversionista querrá pagar 90 centavos por dólar (90 % del valor intrínseco) mientras que acciones más especulativas serían adquiridas con un descuento del 50 % del valor intrínseco (50 centavos por dólar).

Evolución posterior del término

El concepto de valor, así como el de valor contable, ha evolucionado significativamente desde la década de 1970. El valor contable es útil tratándose de industrias donde todos —o casi todos— los activos son tangibles. Por el contrario, los activos intangibles tales como patentes, software, marcas o el buen nombre son difíciles de cuantificar. Por ejemplo, es probable que un activo intangible no sobreviviera la disolución de una compañía, en cuyo caso no solo el activo sino también su valor se vuelve intangible. De igual manera, cuando una industria está experimentando rápidos avances tecnológicos, el valor de sus activos no es fácil de calcular; ciertas innovaciones pueden afectar el valor del activo, a veces adversamente a veces favorablemente. Un buen ejemplo de la disminución de valor de un activo es una computadora personal. Un ejemplo de una industria donde el valor contable no tiene gran significado es el sector de servicios y ventas al minoreo. Un modelo moderno de calcular el valor de un activo es utilizando el modelo de flujos de fondos descontados (DCF por su siglas en inglés): la suma del flujo de fondos futuros, descontado al presente.

El value investing ha evolucionado sobre todo hacia una tendencia que se basa en buscar empresas que dispongan de ventajas competitivas duraderas. En sus comienzos, Benjamin Graham le dio más importancia al margen de seguridad debido a los problemas financieros que se habían tenido durante la Gran Depresión. Sin embargo, en las últimas décadas los mejores inversores en valor han comentado en varias ocasiones que puede ser más interesante invertir en empresas de calidad y que tengan ventajas competitivas duraderas, en vez de en otras empresas que puedan estar a un precio más asequible pero que no dispongan de dichas ventajas y su negocio no sea de tanta calidad.

Crítica

A finales de la década de 1990, se demostró que el rendimiento de las acciones con alto valor intrínseco (acciones de valor)4​no siempre supera al de las acciones con alto potencial de crecimiento (acciones de crecimiento).5​ Además, los altos rendimientos de las acciones con alto valor intrínseco no siempre indican una violación de la hipótesis de eficiencia del mercado. Es posible que la rentabilidad anormal de estas existencias se deba al aumento del riesgo inherente a este tipo de activos.

El problema con la compra de acciones durante una recesión en todo el mercado (mercado bajista) es que a pesar de la aparente infravaloración en algún momento, los precios pueden bajar más junto con el mercado. Del mismo modo, en el caso del crecimiento general del mercado («mercado alcista»), el precio de las acciones supuestamente sobrevaloradas puede seguir subiendo junto con el mercado.6​ Como lo expresó Warren Buffett,

«Es mucho mejor comprar una gran empresa a un precio medio que una empresa media a un precio maravilloso».

Otro problema del método de inversión de valor es la ambigüedad de determinar el «valor intrínseco» de las acciones, ya que no existe un método estándar o generalmente aceptado para evaluar dicho valor.7