Arturo Siso Sosa: Trastornos Alimentarios: Trastorno por Atracón

Arturo Siso Sosa: Trastornos Alimentarios: Trastorno por Atracón expresa.me

05 jul 2021 Arturo Siso Sosa: Trastornos Alimentarios: Trastorno por Atracón expresa.me

Un trastorno alimentario es una afección de salud mental grave que implica una preocupación poco saludable por la alimentación, el ejercicio o la forma del cuerpo.

Arturo Siso Sosa: Trastornos Alimentarios: Trastorno por Atracón

Cualquiera puede desarrollar un trastorno alimentario, independientemente de su origen cultural, sexo o edad. Aproximadamente 1 de cada 7 personas experimentan trastornos alimentarios a lo largo de su vida.

Si tiene un trastorno alimentario, puede experimentar:

– Una preocupación por su apariencia, comida y aumento de peso.

– Insatisfacción extrema con su cuerpo: le gustaría perder peso aunque a sus amigos o familiares les preocupe su bajo peso.

– Miedo a subir de peso.

– Deja que las personas que le rodean piensen que ha comido cuando no lo ha hecho.

– Es reservado/a sobre sus hábitos alimenticios porque sabe que no son saludables.

– Comer le hace sentir ansioso/a, molesto/a o culpable.

– Siente que no tiene el control de la comida.

– Vive revisando su cuerpo, por ejemplo, pesándose o pellizcándose la cintura.

– Se obliga a vomitar o usar laxantes para adelgazar.

Trastorno por atracón

El trastorno por atracón (TPA) es una enfermedad mental grave en la que las personas comen grandes cantidades de alimentos sin sentir que tienen el control de lo que hacen. Puede afectar a cualquier persona de cualquier edad, sexo, origen étnico o origen, y la evidencia sugiere que es más común que otros trastornos alimentarios.

Las personas con trastorno por atracón comen grandes cantidades de alimentos durante un período corto de tiempo (lo que se denomina atracones). A diferencia de las personas con bulimia, por lo general no consiguen deshacerse de la comida mediante, por ejemplo, vómitos, aunque a veces pueden ayunar entre atracones. TPA no se trata de elegir comer porciones grandes, ni las personas que lo padecen simplemente se «complacen en exceso»; lejos de ser agradables, los atracones son muy angustiantes, a menudo implican una cantidad mucho mayor de comida de la que alguien querría comer. Las personas pueden tener dificultades para detenerse durante un atracón, incluso si lo desean. Algunas personas con trastorno por atracón han descrito que se sienten desconectadas de lo que hacen durante un atracón, o incluso que luchan por recordar lo que comieron después.

Los atracones pueden planificarse como un ritual y pueden involucrar a la persona que compra comidas compulsivas «especiales», o pueden ser más espontáneos. Las personas pueden hacer todo lo posible para acceder a los alimentos, por ejemplo, comer alimentos que han sido desechados o que no les pertenecen. Los
atracones suelen tener lugar en privado, aunque la persona puede comer regularmente fuera de sus atracones. Las personas con trastorno por atracón también pueden restringir su dieta o establecer ciertas reglas sobre la comida; esto también puede llevarlos a atracones debido al hambre y la sensación de privación. Las
personas a menudo tienen sentimientos de culpa y disgusto por su falta de control durante y después de los atracones, lo que puede reforzar ese ciclo de emociones negativas, restricción y atracones nuevamente.

Hay muchas cosas que pueden hacer que alguien sienta la necesidad de comer en exceso. Esto podría incluir sentimientos difíciles o abrumadores, por ejemplo, sentirse deprimido, aburrido, enojado, molesto o ansioso. Las personas también pueden darse atracones cuando se sienten felices o emocionados. A veces, los episodios de atracones también pueden ser más habituales o planificados, en lugar de estar impulsados ​​por un impulso repentino, y esto también puede deberse a una serie de razones, como adormecer las emociones, manejar sentimientos incómodos o debido a la oportunidad que surge si alguien está solo.

Síntomas del Trastorno por Atracón

Es normal que todos encontremos consuelo en la comida y no hay necesidad de preocuparse si no sucede con mucha frecuencia y se hace sin sentirse fuera de control, angustiado o culpable. La distinción en el trastorno por atracón es la frecuencia, la naturaleza y el aspecto emocional de los atracones. Comer en exceso emocionalmente se considera un comportamiento alimentario y no un trastorno alimentario. Sin embargo, si siente que la comida se está convirtiendo en su principal forma de lidiar con sus sentimientos, entonces es importante buscar ayuda, sobre todo si presenta alguno de los siguientes comportamientos:

– Parecer incómodo/a al comer con otras personas.

– Evidencia de atracones, incluida la desaparición de grandes cantidades de comida en cortos períodos de tiempo o muchos envoltorios y recipientes vacíos que indiquen el consumo de grandes cantidades de comida.

– Miedo a comer en público o con otras personas.

– Dietas frecuentes.

– Muestra una preocupación extrema por el peso y la forma del cuerpo.

– Fluctuaciones de peso, tanto hacia arriba como hacia abajo.

– Sentimientos de disgusto, depresión o culpa después de comer en exceso.

– Calambres de estómago, otras molestias gastrointestinales inespecíficas (estreñimiento, reflujo ácido, etc.).

– Dificultades para concentrarse.

– Sentimientos de baja autoestima.

Arturo Siso Sosa: Trastornos Alimentarios: Trastorno por Atracón
Arturo Siso Sosa: Trastornos Alimentarios: Trastorno por Atracón

Causas del Trastorno por Atracón

Las causas del TPA no se comprenden bien, pero probablemente se deben a una variedad de factores de riesgo, que incluyen:

– Genética

Las personas con TPA pueden tener una mayor sensibilidad a la dopamina, una sustancia química en el cerebro que es responsable de los sentimientos de recompensa y placer. También existe una fuerte evidencia de que el trastorno es hereditario.

– Cambios en el cerebro

Hay indicios de que las personas con TPA pueden tener cambios en la estructura cerebral que dan como resultado una mayor respuesta a los alimentos y menos autocontrol.

– Género

El TPA es más común en mujeres que en hombres. En los Estados Unidos, el 3.6% de las mujeres experimentan TPA en algún momento de sus vidas, en comparación con el 2.0% de los hombres. Esto puede deberse a factores biológicos subyacentes.

– Imagen corporal

Las personas con TPA suelen tener una imagen corporal muy negativa. La insatisfacción corporal, la dieta y comer en exceso contribuyen al desarrollo del trastorno.

– Tamaño corporal

Casi el 50% de las personas con TPA tienen obesidad y entre el 25 y el 50% de los pacientes que buscan una cirugía para bajar de peso cumplen con los criterios de TPA. Los problemas de peso pueden ser tanto una causa como un resultado del trastorno.

– Trauma emocional

Los eventos estresantes de la vida, como el abuso, la muerte, la separación de un miembro de la familia o un accidente automovilístico, son factores de riesgo. El acoso infantil debido al peso también puede contribuir.

– Atracones previos

Los afectados a menudo informan antecedentes de atracones como el primer síntoma del trastorno. Esto incluye atracones en la infancia y la adolescencia.

– Otras condiciones psicológicas

Casi el 80% de las personas con TPA tienen al menos otro trastorno psicológico, como fobias, depresión, trastorno de estrés postraumático (TEPT), trastorno bipolar, ansiedad o abuso de sustancias.

Un episodio de atracones puede desencadenarse por estrés, dieta, sentimientos negativos relacionados con el peso o la forma del cuerpo, la disponibilidad de alimentos o el aburrimiento.

Diagnóstico

Para ser diagnosticado, una persona debe haber tenido al menos un episodio de atracones por semana durante un mínimo de tres meses.

La gravedad varía de leve, que se caracteriza por uno a tres episodios de atracones por semana, a extrema, que se caracteriza por 14 o más episodios por semana.

Tratamiento

El plan de tratamiento para el TPA depende de las causas y la gravedad del trastorno alimentario, así como de los objetivos individuales.

El tratamiento puede enfocarse en conductas de atracones, exceso de peso, imagen corporal, problemas de salud mental o una combinación de estos.

Algunas de las opciones de tratamiento incluyen:

– Asesoramiento

Esto implica visitas regulares a un psicólogo, psiquiatra u otro consejero de salud mental. Los consejeros utilizan diferentes métodos para ayudar a las personas con trastornos alimentarios. Un método común es la ‘terapia cognitivo-conductual’ (TCC) , que ayuda a las personas a identificar y cambiar los pensamientos,
sentimientos y comportamientos asociados con su trastorno alimentario.

– Educación nutricional

Un nutricionista puede ayudar a una persona con un trastorno alimentario a aprender hábitos alimenticios saludables y volver a un peso normal. Para una persona con TAP esto es esencial y podría incluir educación sobre nutrición, planificación de comidas, establecimiento de hábitos alimenticios regulares y formas de
evitar las dietas.

– Enfoque familiar

El «enfoque familiar» es más común cuando los jóvenes reciben tratamiento por un trastorno alimentario. El objetivo es tratar a la persona con el trastorno alimentario, al mismo tiempo que se apoya y se educa a toda la familia, lo que fortalece las relaciones familiares. La familia aprende a cuidar mejor a la persona con el trastorno alimentario.

– Medicamentos

No existe ningún medicamento para tratar específicamente los trastornos alimentarios. Sin embargo, a una persona con un trastorno alimentario se le pueden recetar medicamentos para tratar otros síntomas. En ocasiones, los antidepresivos se utilizan para ayudar a reducir los síntomas de depresión y ansiedad. Los
medicamentos deben usarse junto con otros enfoques de tratamiento.

– Atención escalonada centrada en la persona

La ‘atención escalonada’ centrada en la persona es un tratamiento que se adapta a la enfermedad, situación y necesidades de esa persona. La atención escalonada reconoce que las personas con trastornos alimentarios pueden necesitar moverse «hacia arriba y hacia abajo» a través de varios niveles de atención a lo largo de su enfermedad.

Con el apoyo profesional, social y emocional adecuado, una persona con un trastorno alimentario puede recuperarse.